Qué es la ansiedad

La ansiedad es un sentimiento de temor e inquietud que se asocia a la anticipación frente una amenaza. Todo el mundo puede tener sentimiento de ansiedad en algún momento de su vida.  Nos puede suceder cuando nos enfrentamos a un problema difícil en el trabajo, antes de un examen o cuando hemos de tomar una decisión importante. Un cierto nivel de ansiedad puede ser perfectamente normal y nos puede ayudar a tener el impulso de energía necesario para enfrentarnos a una determinada situación.

Pero a algunas personas les resulta difícil controlar sus preocupaciones. Sus sentimientos de ansiedad son más constantes y, a menudo, pueden afectar a su vida diaria. Esa ansiedad positiva puede llegar a convertirse en trastorno cuando se producen preocupaciones y miedos intensos, de forma excesiva y persistente en situaciones cotidianas. En los trastornos de ansiedad es habitual que se den episodios repetidos de sentimientos repentinos de ansiedad intensa y miedo o terror que alcanzan un máximo en cuestión de minutos pudiendo llegar a provocar ataques de pánico.

En estos casos, la sensación de ansiedad no desaparece, sino que empeora con el tiempo interfiriendo en las actividades diarias. Las reacciones que se producen son desproporcionadas en comparación con el peligro real y llega a convertirse en una condición abrumadora.

Existen distintos tipos de trastornos de ansiedad:

Trastorno de ansiedad generalizada (TAG): preocupación por cuestiones comunes como la salud, el dinero, el trabajo y la familia. La preocupación y nerviosismo se hacen excesivos y se experimentan casi a diario. Se establece como diagnóstico cuando se manifiesta durante al menos 6 meses.
 
Trastorno de pánico: se experimentan ataques de pánico o miedo intenso cuando no hay en realidad un peligro aparente o causa directa. Se dan de forma repentina y repetida y pueden durar varios minutos o más. En ocasiones, se produce también la angustia a experimentar el próximo ataque, cuya ocurrencia no pueden prever, es la llamada ansiedad anticipatoria.
 
Trastorno fóbico: las personas con fobias tienen un temor irracional, intenso y persistente a algo que representa poco o ningún peligro real. Su miedo puede deberse a las arañas, a volar, ir a lugares concurridos, estar en situaciones sociales por temor a ser analizado por los demás (fobia social) o en lugares donde pueda ser difícil o embarazoso escapar (agorafobia).

Síntomas

Los síntomas pueden variar de una persona a otra y dependen del tipo de trastorno de ansiedad, pero en general se presentan tanto síntomas mentales como físicos.

Síntomas mentales
Estos síntomas provocan un sentimiento de falta de descanso, tensión e irritabilidad que interfiere con la vida diaria. Con el paso del tiempo, no solo no desaparecen, sino que pueden empeorar. Son muy frecuentes síntomas como la preocupación constante, dificultad para controlar las preocupaciones o sentimientos de nerviosismo, sentimiento de peligro inminente, pánico o fatalidad.

Síntomas físicos
La ansiedad puede también manifestarse a nivel físico con aumento del ritmo cardíaco, respiración acelerada, sudoración excesiva, temblores, tensión muscular, problemas gastrointestinales, mareos, falta de aire y desmayos. Pueden darse también cambios en el comportamiento como evitar actividades cotidianas que se solían hacer.

Causas

Las causas exactas no se conocen, pero se han identificado una serie de factores que pueden incrementar el riesgo de padecer un trastorno de ansiedad.

¿Cómo afrontarlo?

Cuando los síntomas de ansiedad se hacen intensos y prolongados en el tiempo limitando la funcionalidad diaria y calidad de vida, es necesario consultar con un profesional médico. De esta forma, podremos obtener un diagnóstico y establecer la pauta a seguir en función de nuestro caso concreto. Como ocurre en la mayoría de los trastornos mentales es importante no demorarse y tomar medidas a tiempo para reducir el impacto de los síntomas.

El médico nos podrá informar de las opciones de tratamiento posibles y aconsejar la que considere más adecuada para nuestro caso. Entre estas opciones se pueden plantear distintas pautas como:

Recibir apoyo con sesiones de psicoterapia

Tomar medicamentos específicos bajo prescripción médica

Acudir a grupos de apoyo o de autoayuda

Incorporar técnicas de relajación

Realizar ejercicio de forma regular

Dejar de fumar

Adoptar un estilo de vida saludable