Hay momentos en que notamos que nuestro cuerpo no da para más. Percibimos claramente el cansancio o fatiga a nivel físico como resultado de la sobreexigencia de actividad a la que nos hemos expuesto o como consecuencia de factores como la falta de sueño o una alimentación inadecuada.

En cambio, la fatiga mental no se percibe a nivel físico y se hace más difícil de identificar y describir. Suele ser resultado de situaciones en las que hemos estado emocionalmente exigidos y expuestos a nivel personal. Factores como el estrés, la presión emocional o un alto nivel de trabajo intelectual pueden derivar en fatiga mental.

Cómo identificar la fatiga mental

Hay días en que, sólo despertarte por la mañana, notas ya cansancio y no acabas de sentirte bien. Avanza el día y ves que te cuesta concentrarte y estás algo decaído. Tal vez sientas también que estás irritable o que te duele la cabeza. Si algo de esto te ocurre, puede tratarse de fatiga mental.

Si además tiendes a pensar demasiado las cosas, a darle vueltas y más vueltas a los problemas o intentar resolver dificultades que todavía no se han dado, las posibilidades de que la fatiga mental asome aún son mayores.

Al no darse síntomas físicos es importante reconocer posibles señales que te alerten de que, si no te sientes bien emocionalmente, pueda tratarse de fatiga mental. La dificultad para conciliar el sueño, el insomnio fruto del propio agotamiento mental o los problemas para poder concentrarse son posibles avisos de que tienes fatiga mental.

También a nivel puramente emocional pueden darse señales que son un aviso de que estamos mentalmente fatigados. En este caso, la fatiga mental se presenta en forma de apatía y debilidad sin que existan razones lógicas que lo expliquen, desmotivación o sensación de vacío. Son casos en los que notas que las circunstancias te sobrepasan hasta el punto de que, si esta situación se prolonga en el tiempo, puede derivar en estrés emocional o incluso ansiedad.

Empieza por lo más básico: comer bien e hidratarse

Aunque pueda parecer que son realidades desconectadas, muchas veces experimentamos fatiga mental porque fallan los básicos, entre otros, la alimentación. Hemos de proporcionar a nuestro organismo los nutrientes necesarios para funcionar correctamente. Alimentarse bien es fundamental para nuestra salud general y también mantiene la mente activa reduciendo así la fatiga mental.

Tan importante como la alimentación, es consumir la suficiente cantidad de agua para que el cuerpo esté bien hidratado. La deshidratación es una de las principales causas de fatiga mental, por lo que es recomendable beber al menos 8 vasos de agua todos los días, repartidos a lo largo de la jornada1.

Un descanso de calidad 

Si no conseguimos dormir bien, nuestro cuerpo y nuestra mente lo notan. Dormir bien es esencial para mantener una buena salud física y mental. Mientras dormimos, el cuerpo se recupera y regenera, sigue trabajando y el metabolismo no se detiene. Nuestro organismo recupera energía mientras que la mente procesa y ordena la información y experiencias obtenidas durante el día. Un buen descanso nocturno ayuda a mejorar el rendimiento cerebral y mantener un buen estado de ánimo. Sin embargo, cuando nos cuesta conciliar el sueño o tenemos despertares nocturnos, no tenemos ese descanso de calidad que necesitamos.

Para mejorar la calidad del sueño es importante aplicar algunos trucos básicos como evitar el consumo de café, alcohol o bebidas estimulantes o evitar el uso de pantallas antes de ir a dormir.

Ante la fatiga mental, relajación

Más allá de los buenos hábitos, una parte del trabajo a realizar para disminuir la fatiga mental es a nivel personal. Depende de ti y lo puedes hacer, escoge la técnica que más se adapte a ti y empieza a ponerla en práctica. La meditación, el yoga, el mindfulness o las técnicas de respiración pueden ayudarte a combatir la fatiga mental. Son soluciones que te ayudarán a parar y conectar contigo mismo consiguiendo que tu mente tenga un momento de relajación y descanso.

Puedes darle la vuelta a la fatiga mental

En definitiva, la fatiga mental da señales y, aunque no se manifiesten a nivel físico, hemos de aprender a identificarlas. La buena noticia es que, darle la vuelta al problema es posible y puede estar en tus manos. Empieza por corregir determinados hábitos y aplica una parte de trabajo personal. En tu día a día márcate objetivos alcanzables sin querer abarcar más de lo que razonablemente puedes. Recuerda, menos fatiga mental, es más bienestar. Para ti y para los que te rodean.

 

1 instituto de investigación agua y salud [Internet]. 8 vasos al día. [Consultado 6 Jun 2023]. Disponible en: https://institutoaguaysalud.es/8-vasos-al-dia/.

 

Para saber más consulta:

https://www.triptomax.com/bienestar-emocional/fatiga-mental/